jueves, 13 de diciembre de 2007

TRAFICO

No había manera de aparcar en tu cerebro y me dejé en doble fila entre tus dientes, hasta que la presión maxilar fué insostenible. Te dejé una nota en el cristalino " si molesto, estoy haciendo cola en la puerta de atrás de la cabeza". La arrancaste de un parpadeo. Desafortunadamente, no hay vacantes de satisfacción transitoria ni de embrujo permanente, la verdad, me hubiese conformado con un "vuelva usted mañana" o simplemente con un "sigue rascando". De vuelta al desamparo de tu sonrisa, ignoré el paradero de tu voluntad, sólo que, la ignorancia no exhime de culpa. Dejaste una nota en mi espalda "estacionamiento prohibido frente a salida de emergencia", sáncionaste mi ánimo, penalizaste mis tendencias y condenaste mis brotes de espontaneidad.....la acción correctora fué inútil, ahora circulo a más de 120 respiraciones por segundo y aparco encima de otros bordillos.
pd: las imprudencias se pagan. cada vez más.

2 comentarios:

Jordi Roldán dijo...

las palabras nos engañan, es nuestro mecanismo evolutivo de supervivencia cuando la violencia queda atrás.
lo único que no falla son los gestos, y supongo que eso, ya lo has aprendido.
aparcar en otros bordillos está bien, al fin y al cabo, el coche hay que dejarlo en algún sitio.

ovario dijo...

es como una regresión a la infancia aprendiendo de nuevo conceptos básicos....de esta, quemo el coche.