Estabas tan serio que tuve que untarme las pestañas con deseo y frotarme las mejillas con señales, no resultó, ibas con la chaqueta de las contrariedades....dejé de destellear, la intensidad es continua, no, decrece, de pronto me giré, por un instante creí ver como me guiñanabas el ojo con complicidad, falso, una mota de duda taridora fue directa a tus pupilas. Mientras luchabas entre la duda y la decisión, aproveché para colgar mi ánimo en tu perchero....lo dejaste caer suavemente, mi garganta se resecó.....
pd: tragar distancia suaviza la garganta.
lunes, 26 de noviembre de 2007
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